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Mostrando entradas de febrero, 2009

Eterno Atardecer

Un nuevo amor es fresco, alegre y ligero como el amanecer. Pacientemente se va cultivando y va creciendo, como el sol lo hace entre en el cielo y la tierra. El amor maduro es incomparable, sublime. Es como un rojo atardecer, justo ahí es cuando da miedo pensar lo mucho que se puede perder. No queremos que se vaya. ¡Nunca! Pero el cielo rojo murió y llegó la noche. Todo se volvió una oscuridad desesperante. Él intentó correr tras su luz pero fue inútil. La luna y las estrellas fueron su único consuelo en aquel cielo, donde brillo el amor; simplemente un recuerdo paseando en la mejilla. Antes de amanecer es cuando el cielo es más oscuro. Nunca pensó que un nuevo día llegaría y que ingenuo fue al pensar que el amor era como el sol. Aprendió de su error. Un nuevo día llegó. Él se convirtió en el Sol y dejo de mirar las cosas desde abajo. El amor era el día. A ella le brindó el más bello amanecer. Este maduró e hizo un cielo rojo, tanto como la sangre; y espeso, como la miel.